Cuaderno de reflexiones matinales: Cielo Adentro, un encuentro terapéutico astrológico

Cielo Adentro, un encuentro terapéutico astrológico

Hay encuentros que no están hechos de palabras,
sino de escucha.
No de esa escucha que espera para responder,
sino de la que se entrega al misterio de otro ser.

Es en ese espacio — entre una carta natal y un silencio — donde empieza el trabajo.

Cuando alguien llega hasta mí por su carta natal, su mapa esencial,
no estoy solo al frente de un código que hay que descifrar,
sino frente a un alma que merece ser honrada.
La astrología no me sirve apenas para describir como alguien “es”,
sino para acompañar lo que está intentando ser.

El mandala celeste es apenas un espejo simbólico,
donde los arquetipos bailan al ritmo singular de la persona.
Cada signo, casa, aspecto… son invitaciones.
Puertas abiertas hacia un buceo,
no en el destino, sino en el estilo.
El estilo único con el que alguien existe, tropieza, busca, desea, repite, crea.

No busco solo interpretar desde afuera,
como quien observa un fenómeno ajeno, eso lo dejo para la ciencia fría.
Al contrario: participo.
Entro junto a la persona.
Ahí, en la relación, dejo que mi experiencia y saberes se diluyan
en la escucha sensible de lo que esa alma necesita recordar de sí.

La astrología, en ese sentido, no es análisis neutro, frío, distante.
Es arte de revelación.
Es pedagogía del recuerdo.
Es mapa de regreso.

Soy convencido de que toda verdadera curación es travesía,
y que ningún camino espiritual es recto ni plano,
sé que la carta no está para encerrar al alma en etiquetas diagnósticas,
sino para devolverle su centro, su perspectiva singular de la vida.

Y en ese encuentro, entre mi escucha y la vida de quien consulta,
se forma algo que no se puede nombrar.
Un campo donde intuición, sentimiento y conocimiento se funden,
como lo describe quien apredió a mirar más allá de la técnica.

Ahí, no hay jerarquía,
no soy guía ni dueño de la verdad.
Soy presencia.
Soy puente.

Y, a veces, cuando la persona se permite vivir el símbolo
en lugar de analizarlo,
la sanación brota como una flor fuera de estación.
Porque es suya.
Porque es su momento.
Porque hay belleza en aceptar el propio cielo,
no como prisión, sino como poema…que el mismo se proporciono al nacer!

Guillermo G González 
Astrologia Psicológica – Terapia Floral 
Tel:+5511 999926642