Si los empiristas hubiesen existido…
Si los empiristas hubiesen existido en tiempos de Copérnico, seguramente habrían sido los primeros en dudar de él. No por maldad, ni por necedad, sino por pura fidelidad a sus sentidos. Por el condicionamiento filosofico-cultural. Porque ¿qué otra cosa dice la observacion, si no que el Sol gira alrededor nuestro? ¿Qué otro testigo más confiable hay que el ojo desnudo, mirando el cielo cada día?
El empirista sincero confía en lo que ve. Pero a veces, lo que se ve no es la verdad, sino el velo.
Y Copérnico, con su matemática callada y su mirada interior, se atrevió a decir lo impensable: la tierra no es el centro del sistema solar.
Quizás ahí está el límite del empirismo.
No alcanza con mirar hacia afuera.
Hace falta girar hacia adentro.
Porque el mundo no siempre se revela en lo evidente.
A veces, la verdad está justo donde la evidencia se niega a entrar.