Ciencia y arte
Leer una carta natal es como abrir un espejo antiguo donde el cielo dejó grabado un mapa secreto.
Los números, las posiciones y los signos parecen al principio fríos y distantes, como el cálculo astronómico.
Pero detrás de esos símbolos palpita una música…una trama de destinos, heridas y búsquedas… que piden ser escuchadas.
El astrólogo no deduce como un matemático, tampoco adivina como un iluso:
camina un sendero de inferencias, de puentes que unen lo visible del cosmos con lo invisible del alma.
Es un arte de traducir lo eterno en lo íntimo, lo universal en lo singular.
Así, cada carta natal se vuelve un relato:
un hilo tendido entre la objetividad de las estrellas y la subjetividad de quien anhela saber y pregunta.
Un lenguaje donde el cálculo se puede transformar en poesía, y la ciencia del cielo se convierte en conocimiento del alma.