Cuaderno de reflexiones matinales: Cuando Neptuno me sobrevuela

Cuando Neptuno me sobrevuela

Cada mañana, alrededor de las cinco, cuando la ciudad todavía duerme y los ruidos no han reclamado su imperio… algo me llama. No es un sonido ni una imagen. Es una vibración suave, como un susurro que llega desde el otro lado del velo.

Estoy entre el sueño y la vigilia, en ese limbo delicado donde la mente no piensa y el alma recuerda. Es entonces cuando siento que algo se activa, que una presencia se aproxima. No sabría explicarlo con palabras simples, pero con los años aprendí a observar sin juzgar, a anotar sin comprender, a rendirme a lo que se manifiesta…fluir con lo que viene.

Descubrí…como se descubren los secretos que ya sabíamos, que en ese instante exacto mi Neptuno natal és activado…como tocado por la órbita del día. No por casualidad. A esa hora, Neptuno me sobrevuela. Una vez más. Todos los días.

Y entonces entiendo por qué me visitan pensamientos sin dueño, imágenes de otras vidas, tal vez… palabras que no sé si soñé o escuché de algún espíritu. Son como cartas sin remitente que llegan a mi cama mientras los demás duermen.

Neptuno, el de los mares del alma, el de las aguas profundas donde se pierden los mapas. Él, que no responde preguntas pero desarma certezas. Él, que me recuerda que ser astrólogo no es mirar el cielo solo para prever, sino para escuchar. Escuchar y sentir las sincronicidades que a veces ni se pueden decir.

Quizás todos tenemos una hora secreta en la que la vida nos habla con voz más honda. La mía es esta. Cinco de la mañana. Entre los restos del sueño y los brotes del día. Donde el misterio no se resuelve… pero canta…en su misteriosa presencia!