La astrología, inspirada en la cosmología, busca comprender la relación entre el cosmos y el individuo a través de analogías y mitos que reflejan el funcionamiento psíquico y estructural del ser humano. Al observar los astros y sus influencias, la astrología interpreta cada posición planetaria, signos, casas, etc., como símbolos de fortalezas y principios universales que dan forma o explican holísticamente la realidad humana. Estos símbolos representan arquetipos que se expresan en diferentes áreas de la vida y la personalidad, pudiendo proporcionar un lenguaje mitológico y simbólico para reflexionar sobre las estructuras emocionales, formas de pensar y el modo de conducirnos.
Estas analogías cósmicas se basan en la idea de que el macrocosmos (el universo) refleja el microcosmos (el ser humano). Cada aspecto del cosmos, desde la posición de las estrellas hasta los ciclos planetarios, funciona como un espejo de los procesos psicológicos internos. Así, el estudio de los astros se convierte en una herramienta que revela aspectos de la psique humana y su desarrollo, aportando una causalidad extra científica y profundizando una visión simbólica e interconectada de la vida y el cosmos.
En la mitología griega, Quirón es un centauro diferente a los demás de su especie: mientras otros solo se asocian con impulsos violentos y caóticos, Quirón representaba un sabio, sanador y maestro de diversas artes, entre ellas la medicina, la música y la guerra. Hijo de Cronos y la ninfa Filira, Quirón fue abandonado al nacer debido a su forma: mitad humano, mitad caballo. Fui recibido y educado por Apolo, lo que explica sus excepcionales habilidades. En una de las versiones más conocidas del mito, Quirón sufrió una herida incurable, fruto de un accidente con una flecha envenenada por parte de Hércules. Como inmortal, vivió con un dolor constante, asumiendo el papel de “curador herido”. Fué por tanto un centauro, que por conocer el sufrimiento profundo pudo comprender y curar mejor a los demás.
Este tema del sanador que sufre encuentra paralelos en otros mitos y tradiciones. En el cristianismo, Cristo es visto como alguien que sufre por el mundo y comprende el dolor humano, ofreciendo curación espiritual. En otras culturas los sanadores a menudo experimentan enfermedades y desafíos personales que les dan la capacidad de ayudar a los demás. En definitiva, el mito de Quirón refleja la idea de que el sufrimiento, cuando es transformado por comprensión y la capacitación, puede convertirse en fuente de sabiduría y empatía.
El simbolismo de Quirón entró en la astrología con el descubrimiento del asteroide del mismo nombre en 1977 por el astrónomo Charles Kowal. En la astrología moderna, Quirón es interpretado como el punto de la carta natal donde el individuo se encuentra con sus herencias más profundas, muchas veces relacionadas con traumas emocionales o rechazos del pasado. Estas “heridas” no necesariamente pueden curarse, pero pueden aceptarse y transformarse en sabiduría, lo que refleja la función del “curandor herido” en la mitología.
La aplicación simbólica de Quirón en astrología se hizo popular principalmente en la década de 1980, con las autoras y astrólogas Barbara Hand Clow y Melanie Reinhart explorando su profundidad psíquica y espiritual… Reinhart, en particular, describe a Quirón como un punto de dolor y vulnerabilidad, pero también como una clave para el crecimiento y la curación colectiva, que representa una especie de puente entre Saturno y Urano, oscilando entre lo conocido y lo desconocido.
Según Barbara Hand Clow, Quirón actúa como mediador entre los planetas personales (Mercurio, Venus, Marte) y los planetas exteriores (Urano, Neptuno, Plutón). Simboliza el viaje de integración y crecimiento espiritual, permitiendo la expansión de la conciencia a través de la experiencia y la superación de las dificultades.
En opinión de Reinhart, Quirón no sólo representa la herida personal, sino también la sabiduría acumulada que surge de esa experiencia. Destaca el papel de Quirón como mentor que nos guía a través de experiencias difíciles y nos enseña a encontrar significado al dolor. Reinhart ve a Quirón como maestro que guía en la autorinformación.
Por mi propia experiencia, vi a Quirón manifestarse de dos modos complementarios:
a) Se lo suele sentir y experimentar como un dolor asociado a algún evento específico, el cual podría ser tomado como un elemento a elaborar en reflexiones o terapia, generando así un punto de transformación de posición a través de una acción que cambia la forma de interpretarlo, y así el dolor causado en el evento pasado puede encontrar una causa saludable en el presente.
b) Hay quienes, después de haber hecho ese primer estadio, consiguen sentir la necesidad de ayudar a otros que puedan estar pasando por situaciones similares. En estos casos, la persona apela a su capacidad de transmutación y va más allá de su dolor personal y se ofrece como agente facilitador en el proceso de cura de otros.
La posición de Quirón en la carta natal indica dónde y cómo la persona puede reconocer más fácilmente su herida original, así como la forma de reposicionarse y quizás transmutar ese dolor en beneficio para sí y para los demás. Por lo tanto, bien comprendido y trabajado, Quirón podría ser el elemento que acerque a la persona a su autotratamiento en la primera etapa y luego pueda hacer la aplicación consciente de su experiencia en el ofrecimiento compasivo para quien lo necesita.
La sabiduría de Quirón es la posibilidad que tenemos de hacer del dolor personal un elemento de acogida y sanación para quien todavía sigue atrapado en la encrucijada de la herida original, que lo mantiene enfocado solo en su propio dolor.
Quirón es una de las posibles puertas que nos llevan a la transcendencia de nuestras condiciones o limitaciones por medio de la compresión y la compasión.
En astrología, y específicamente con Quirón, la mitología y la psicología se pueden dar las manos, rescatando la humanidad integrativa en potencial que todos llevamos adentro.