Femenino – Masculino.
Noche – Dia.
Oscuridad – Luz
Pasivo – Activo
Receptor – Emisor
Frío – Calor, Etc.
Porque estos polos están contenidos en un círculo y en que cada uno de ellos tiene una forma que sugiere un “Máximo” de sí y un “Mínimo” de sí… dá la impresión de ser algo dinámico… de alternancia…inclusive en el cuerpo Yang hay un punto Yin y viceversa… lo que sugiere que uno está en el otro también, no es un par de elementos puros yang y puro yin.
Es un juego de alternancias entre dos elementos en los que podemos encontrar algo de uno en lo íntimo del otro.
Esto es parecido con lo que sucede en las relaciones… pues, todas las relaciones humanas tienen una dinámica en la que el juego de posiciones o energías son alternadas… mientras uno habla el otro escucha… hasta que el que escuchaba siente la necesidad de ser él quien verbaliza para dar el lugar de receptor al otro. Quien escucha no queda completamente pasivo-receptivo… pues está elaborando internamente sus ideas que se van combinando, conectando con lo que escucha… y eso activa otros circuitos internos… ese es el punto yang dentro de la conducta yin. Entre tanto, quien habla, o sea actitud yang, también deja un espacio para que el yin se manifieste… percibiendo los gestos o actitudes de quien lo escucha, punto yin dentro del yang.
Todos los conflictos de relaciones son derivados de esa falta de “tacto” o consciencia en dejar que el yang dé un espacio al yin… tanto en relación al otro cuanto en relación a sí mismo.
Esto sucede por la “polarización”… cada uno defiende un punto de vista 100×100 Yang o 100×100 Yin.
Cuando esto sucede… se desconoce el punto yin dentro del yang y viceversa.
O sea hay un desconocimiento de que para que las cosas fluyan dentro de una propuesta Yang debe haber espacio para la realidad Yin y viceversa.
La desconexión o falta de reconocimiento del otro dentro de sí es el inicio de todos los problemas de relacionamiento.
La miopía de ver sólo la propia realidad, es decir Yin solo ver Yin, o Yang solo ver Yang, es lo que frena el “flujo natural” de la vida.
Cuando sucede de ver sólo a sí mismo no solo se desconoce al otro dentro de sí, sino que no se percibe que en realidad se niega la existencia del “todo”, el círculo que engloba las dos realidades y así se pierde el sentido de unidad.
Un yang solo y suelto en la vida no consigue la interacción necesaria para percibir el todo. Lo mismo sucede con un yin.
Hacer, dar prioridad absoluta al hacer es el regodeo del yang sobre sí mismo.
Reflexionar, y solo reflexionar sin hacer… es el placer del yin en el yin.
Todo es una cuestión de equilibrio dinámico.
Para conseguir ese flujo dinámico saludable precisamos tener conciencia del Yin, del Yang y del Todo. Lo que sería lo mismo que decir ver la polarización, la parcialidad de las partes pero al mismo tiempo integrar esas partes en un todo que las contiene, en otras palabras ver/percibir desde un tercer punto de vista… aquél que engloba las partes.
Puede aplicarse esa idea a todas las relaciones… y ver cómo se aclaran, y se mejoran sólo con un cambio de visión y de postura!