Los eclipses

Los eclipses, en la historia general, se asociaron con recuerdos arcaicos de momentos de pavor de la humanidad y para comprender el grado de dramatismo que estos recuerdos conllevan, basta imaginar cómo debió haber sido de terrible para el hombre primitivo que, de un momento a otro y en pleno día que la luz del sol desapareciese!!

Esta micro y profunda noche a pleno día tuvo efectos psicosomáticos en nuestros antepasados más antiguos, es fácil ver que el miedo visceral se haya apoderado de nuestros parientes: homo habilis (antecesor del homo erectus, antecesor del homo sapiens)

Esa humanidad incipiente sólo tenía dos fuentes de luz: el sol y el fuego que dominaban. Viendo que la luz del sol desaparecía, es fácil imaginar el drama desatado en esos pequeños cerebros que estaban dominados por los centros inferiores vinculados al instinto animal. Sabían, por experiencia y por analogía, que una vez que se apagaba la fuente luz  y calor del sol, era necesario hacer algo para re-encenderla por asociación con lo que les sucedía con el fuego. Probablemente fue en alguna experiencia de eclipse que nuestros antepasados crearon el primer culto como una respuesta creativa y proactiva al miedo y la pasividad de ser simplemente un espectador-sufriente de este increíble evento natural.

El miedo asociado al eclipse, por tanto, forma parte de nuestra estructura psicológica que heredamos de nuestros predecesores.

La humanidad tuvo que esperar hasta unos 4.000 años antes de Cristo para predecir este fenómeno.

Los antiguos astrónomos pudieron predecir eclipses alrededor del 2.500 a. C. Ya sabían que los eventos basados en las posiciones relativas de la Tierra, el Sol y la Luna se repetían cada cierto número de días. Pero aún así, tuvieron dificultades para predecir con precisión los eclipses solares.

Pero en 1715 fue la primera vez que la humanidad, a través de Edmond Halley que aplicando la ley de gravitación de Newton, predijo el eclipse solar del 3 de mayo de este año, con 4 minutos de diferencia.

Los eclipses despertaron curiosidad y siguen siendo fuente de descubrimientos científicos como la primera vez que se encontró el elemento químico Helio fuera de la Tierra, que ocurrió en el eclipse del 16 de agosto de 1868 J. Lockyer y P. Janssen descubrieron el elemento en la corona solar .

El 29 de mayo de 1919 Arthur Eddington utilizó el eclipse como escenario natural en el que probó y demostró la Teoría de la Relatividad General de Einstein, y así confirmó que los grandes campos gravitacionales, como el del Sol, son capaces de modificar la trayectoria de la luz de las estrellas, doblándolas.

En un extremo ancestral tenemos eclipses asociados al miedo visceral, pero a medida que usamos nuestro potencial intelectual, creamos el mundo tal como lo vemos hoy y, seguramente, crearemos otros que serán fruto de los descubrimientos de las nuevas generaciones.

Entre el miedo primitivo, los rituales religiosos y la producción científica, tenemos la visión astrológica de los eclipses.

En ellos encontramos una interesante fuente de estímulos que impulsan nuestra evolución.

Para la astrología el sol, además de ser el centro físico del sistema solar, es la estrella que representa simbólicamente la fuente de la vida. En los eclipses solares, es la luna la que se interpone entre el sol y la tierra.
En simbología astrológica la tierra representa nuestra casa y la luna nuestra alma, por lo que, en el eclipse solar es como si nuestra alma o psique se volviera preponderante impidiendo el paso de la luz solar lo que sugiere una exaltación de la realidad del alma sobre la de la fuente de vida simbolizada por el sol, como si fuera un estímulo para “obtener vitalidad de una fuente distinta al sol”… “cortando el suministro de la estrella rey es la reina luna que asume ser el referente de la vida”… y esto, por supuesto, genera confusión, el alma humana se superpone al espíritu eterno por un tiempo.

El eclipse es una danza simbólica entre las dos polaridades yin-yang intercambiando roles y cambiando los parámetros de referencias.
Por eso adquiere relevancia, ya que anima a las personas a pensar de manera diferente, a ver lo que normalmente no se ve, a reconocer lo que normalmente pasa desapercibido. Es como pasar del brillo total de un día luminoso a la oscuridad de una cueva profunda, los sentidos y la percepción cambian y hay que adaptarse y hacer ajustes.
Creo que los eclipses son uno de los estímulos más importantes para la evolución de la humanidad.
Y por supuesto la evolución particular de cada ser humano.
Por el contraste de luces y sombras que se estimulan en la conciencia de cada uno, el individuo puede verse mejor a sí mismo, reconocer sus potencias que suelen ser inadvertidas en medio del torrente de la vida cotidiana.
Observe en qué lugar de la carta natal personal cae el eclipse solar del 4 de diciembre de 2021 para que tengamos una pista sobre cuál sería el estímulo del cielo para nuestra mente y percepción.
Este eclipse ocurrirá en el grado 12 de Sagitario sugiriendo una revisión de nuestros valores espirituales, nuestra voluntad de superación, el enfoque en nuestras metas, el reconocimiento de nuestras fuentes de inspiración así como la tendencia megalómana a querer abrazar más de lo que podemos atender, las tendencias a la dispersión y confusión por estímulos excesivos, así como a cuestiones filosóficas y/o religiosas que, debido a este “encendido/apagado” de la conciencia, pueden generar choques en las estructuras habituales de cómo encaramos y experimentamos la vida.

Debido a que cada persona tiene este grado 12 de Sagitario en una ubicación diferente en su mapa, además de estos conceptos generales, se pueden obtener ideas más específicas del posible efecto del eclipse en cada individuo.
Para ello, te invitamos a descubrir este punto en tu mapa y reflexionar sobre estos temas, sumándose así la humanidad que en algún momento de la historia decidió dejar la actitud pasiva de “sufrir” el “evento celestial” para ponerse proactivo en la investigación algún aspecto de nuestro interior que aún está descuidado. Transformar el apagón o la oscuridad del no saber a través de la actitud de querer traer luz a la conciencia.
¡Un gran eclipse para todos, que sea sin resistencias del miedo egoico para observar mejor quien somos!

¡Namaste!
🙏

Guillermo.