Luz y sombras

Cada vez que abordamos el tema “salud”… aparece como contraste, una polaridad, la referencia a la ausencia de ella o lo que llamamos enfermedad. 

Por carecer de una educación que nos haga integrar el mundo externo con el interno crecemos confundiendo las cosas y lo que es peor, sin chances de ver que uno es el reflejo del otro y lo que es menos comprensible aún es que uno es causa del otro… alternadamente. 

Es tal el bombardeo de informaciones negativas provenientes del exterior que creamos una coraza para protegernos y esta armadura hasta cierto punto funciona porque es una respuesta humana… primitiva, pero humana al fin. 

Los animales, en líneas generales, sólo tienen dos opciones delante del peligro: huyen o atacan. En cambio nosotros inventamos una tercera: armamos un escudo protector. 

Si bien esto ayuda a protegernos, también es cierto que nos bloquea mental y emocionalmente… y así creamos nuestro “castillo protector” que nos permite “vivir con alguna tranquilidad”.  

La vida en el castillo no es fácil, porque hace falta una vigilancia e inteligencia muy aguda para regular lo que entra y sale de él. El puente levadizo que deja entrar los alimentos, informaciones o personas que son necesarios para llevar una vida en armonía en la protección de intra muros!!.   

Por el hiper-bombardeo de noticias negativas que ocupan nuestra mente y alma nos es difícil mantener una concepción-imagen luminosa, radiante, elevada, optimista, emprendedora de nosotros mismos!! porque todo allá afuera parece que quiere tirarnos al pozo oscuro del sin sentido de la vida actual, vida desnaturalizada que increíblemente la humanidad parece aceptar pasivamente con naturalidad!! 

Por ese hiper-bombardeo negativo adquirimos el hábito de “bloquear” informaciones para resguardarnos para que eso no nos afecte tanto, solo que en ese bloquear genérico también bloqueamos las informaciones que vienen de nuestro interior… cortando informaciones que deberían ser tenidas en cuenta para llevar una vida más coherente. 

La situación del 90 % de las personas es esa:  “Vivo bloqueando la negatividad que viene de afuera, y por vivir en modo “bloqueado” no me doy cuenta de lo que quiero, qué siento, qué necesito ni de quién soy” (textuales palabras de alguien que atendí hace unos años). 

¿Cómo podemos percibir si ese bloqueo está actuando en nosotros? 

Una de las formas más simples es hacer una lista de las cosas que se repiten en nuestras vidas.

Las situaciones repetitivas dejan una marca, son como una boya, un marcador… que nos pueden señalar que en ese punto hay un bloqueo actuando. 

Ese bloqueo tiene un fundamento que suele estar oculto en el inconsciente que es, por su vez, lo que hace que esas situaciones sean repetitivas. 

El bloqueo inicial, aquella situación que le dio origen y sentido de existir, forma un hábito de “derivación de energía”… conduciendo así un flujo de vitalidad para alguna zona del cuerpo, músculo, órgano, articulación, etc.

Esa zona corporal o músculo se “habitúa” a recibir esa “descarga de energía” para mantener el “escudo firme”… solo que simultáneamente y por ese hábito, la psiquis queda formateada en ese “modo” reactiva.  

Allí nace el hábito de estar tensos y cada vez que alguna situación toca ese “punto”, volvemos a reaccionar automáticamente… por el hábito formado. 

Al reaccionar automáticamente por hábito estamos re-creando y “engordando” la situación inicial, aquella que dió origen a la necesidad de formar el escudo… y así perpetuamos un modo de acción que no es inteligente y sí repetitivo, reactivo…. Que por tener sus raíces ocultas por camadas de años de vida quedan en la sombra, en la oscuridad de nuestro interior.  

En condiciones apropiadas es posible desarmar el escudo para ver el origen de ese mal hábito. 

Llevar la luz de la conciencia a ese punto es el inicio de una vida más íntegra y saludable por cierto.    

Así como el hombre creó esa tercer respuesta que nos diferencia de los animales, también creamos una cuarta respuesta que nos diferencia de la humanidad repetidora o inconsciente de sus malos hábitos. 

En el grupo de respuestas “del tipo cuarta” la humanidad más consciente creó técnicas y disciplinas que llevan luz a esas zonas oscuras de nuestra realidad. 

Algunas de ellas son: Yoga, Meditación, Naturismo, Taichi Chuan, Ayurveda, etc. 

El pensamiento holístico sobre la vida humana integra la visión de muchas culturas que visan la comprensión de la totalidad de realidades que el ser humano es y representa.